CIVICUS conversa sobre la erosión del derecho internacional humanitario en el contexto de la guerra en Gaza y otros conflictos en curso con Marco Sassòli, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Ginebra, Suiza.
¿Qué es el derecho internacional humanitario?
El derecho internacional humanitario es la parte del derecho internacional destinada a reducir el alcance de la violencia que se desarrolla durante los conflictos armados y a proporcionar cierto nivel de protección a quienes no participan directamente en las hostilidades. Se aplica tanto a los conflictos internacionales como a los no internacionales. Sus normas están contenidas en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales de 1977, y son complementadas por el derecho consuetudinario.
Aunque el derecho internacional humanitario se respetara completamente, en los conflictos seguirían muriendo muchas personas, tanto combatientes como civiles. Lo que busca el derecho internacional humanitario es minimizar el sufrimiento humano en la mayor medida posible.
¿Se están respetando en Gaza los principios del derecho internacional humanitario?
El derecho internacional humanitario no está siendo suficientemente respetado en Gaza, como tampoco en otros conflictos en curso que reciben menos atención, como los de la República Democrática del Congo, Etiopía y Sudán. Tanto Israel como Hamás están cometiendo violaciones. Pero el hecho de que una de las partes en conflicto cometa violaciones no justifica en modo alguno que la otra haga lo mismo.
El derecho humanitario debe aplicarse independientemente de quién tenga o no tenga razón. Los palestinos tienen derecho a la autodeterminación e Israel tiene derecho a la autodefensa, pero ambos deben respetar el derecho humanitario. Por desgracia, ninguna de las partes lo hace. Hamás ataca indiscriminadamente ciudades israelíes, mata, viola y toma rehenes. Israel viola el derecho internacional humanitario cuando establece asentamientos en Cisjordania, pone obstáculos para que el Comité Internacional de la Cruz Roja pueda visitar a prisioneros palestinos y realiza ataques contra Gaza, los cuales ya han causado más de 30.000 muertes de palestinos.
En comparación con los 1.200 israelíes que han muerto en el conflicto, la desproporcionalidad es sorprendente. Pero lo que cuenta para el derecho internacional humanitario es que, en cada ataque, el impacto sobre la población civil no resulte excesivo en relación con la ventaja militar esperada, y lo cierto es que a menudo no sabemos cuán importante es esa ventaja. Aun así, no es plausible que haya tantos objetivos militares en Gaza que sean tan importantes como para justificar la muerte de tantos civiles, algo que cabía esperar tratándose de una zona tan densamente poblada.
El gobierno israelí está haciendo todo lo posible para evitar lo que creo que es la única solución viable para este conflicto, es decir, la solución de dos Estados. Hamás, por su parte, declara que su misión es eliminar a Israel, cuya mera existencia considera una injusticia. Mientras persistan estas posturas, el conflicto armado continuará.
¿Qué es la regla de proporcionalidad?
Según el derecho internacional humanitario, debe existir una relación proporcional entre la ventaja militar obtenida al atacar un objetivo militar y el riesgo que ello representa para la población civil. Antes de realizar el ataque, es necesario confirmar que el sitio es utilizado con fines militares, y deben evaluarse las ventajas de eliminar el objetivo en comparación con los costos.
Aunque carecemos de información suficiente para confirmar violaciones del derecho internacional humanitario, llama la atención la cantidad de veces que los israelíes han justificado sus ataques alegando que los sitios estaban siendo utilizados para operaciones militares. Incluso si esto fuera cierto, sigue en pie la cuestión de hasta qué punto estos objetivos eran importantes para Israel, es decir, si se respetó la norma de proporcionalidad. No es plausible que todas esas veces se tratara de objetivos tan importantes como para justificar semejante cantidad de víctimas civiles.
Israel también afirma que Hamás oculta a sus combatientes entre la población civil, a la que utiliza como escudos humanos, lo que constituye una clara violación del derecho internacional humanitario. Pero esto también se complica por el hecho de que Gaza es uno de los lugares más densamente poblados del mundo.
¿Están los trabajadores humanitarios protegidos por el derecho internacional humanitario?
La principal preocupación del derecho humanitario no es proteger a los trabajadores humanitarios, sino garantizar la seguridad y el bienestar de la población civil, que a menudo necesita de los trabajadores humanitarios para recibir asistencia básica.
Israel insiste, de conformidad con el derecho internacional humanitario, en que la ayuda humanitaria en Gaza debe beneficiar exclusivamente a los civiles, y no a los combatientes de Hamás. Pero esto es imposible de controlar, y aquí es donde entra nuevamente en juego el principio de proporcionalidad. Si la población está al borde de la inanición, los costos de suspender la ayuda de la cual dependen millones de civiles son mucho mayores que el beneficio que Hamás podría obtener si lograra acceder a dicha ayuda.
Luego está el problema de la distribución de la ayuda. En un contexto de bombardeos intensos, ninguna organización humanitaria está dispuesta a poner en peligro a su personal. No creo que Israel esté atacando deliberadamente a los trabajadores humanitarios, pero tampoco está tomando las precauciones adecuadas, y los bombardeos indiscriminados ponen en alto riesgo a los trabajadores humanitarios. Hemos visto situaciones similares en Ucrania.
¿Cómo ha respondido la comunidad internacional a las violaciones del derecho internacional humanitario?
El único órgano que podría tomar decisiones vinculantes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), ha sido incapaz de actuar en Gaza, sobre todo por el uso que hace Estados Unidos de su derecho de veto. El CSNU emitió resoluciones para garantizar la entrada de ayuda humanitaria, pero fue incapaz de producir una resolución vinculante para exigir un alto el fuego.
En virtud de los Convenios de Ginebra, los Estados tienen la obligación no solamente de respetar el derecho internacional, sino también de hacer que los demás lo respeten. Aunque el fin sea justo, el silencio no debería ser una opción cuando los medios violan el derecho internacional. Los Estados deben presionar a Israel para que respete el derecho internacional en situación de conflicto, aunque apoyen el derecho de Israel a existir. De igual modo, los Estados con influencia sobre Hamás y quienes apoyan un Estado palestino independiente deben condenar los métodos que Hamás utiliza para conseguirlo. Los Estados árabes deberían haber condenado firmemente los hechos del 7 de octubre, porque una crítica procedente de sus aliados habría tenido más probabilidades de influir sobre la conducta de Hamás.
¿Cuáles son las implicaciones más amplias del conflicto de Gaza?
No se trata solamente de Gaza. Hay mucha más cobertura mediática de Gaza que de otros conflictos en curso que a nadie parecen importarle demasiado. Y este tratamiento desigual de las violaciones de las normas internacionales es peligroso. El doble rasero erosiona los principios del derecho internacional humanitario y socava su credibilidad.
Para sostener la legitimidad de estos principios, los Estados occidentales que criticaron con vehemencia el uso de municiones de racimo por parte de Rusia en Ucrania deberían hacer lo mismo cuando Israel comete acciones similares. Y las violaciones del derecho internacional humanitario en Sudán deberían dar lugar al mismo tipo de condena encarnada en las actuales movilizaciones estudiantiles a favor de Palestina.
Creo que el verdadero desafío a las normas internacionales comenzó con Ucrania. Es cierto que en 2022 una cantidad de personas 20 veces mayor murió en el marco del conflicto en Etiopía que en el de Ucrania. Lo que hizo que Ucrania fuera tan relevante para la evolución del derecho internacional humanitario es que fue allí donde la neutralidad pareció dejar de ser aceptada por la opinión pública.
Un aspecto crucial del derecho humanitario es que las dos partes en conflicto deben atenerse a las mismas normas. Este principio solía ser aceptado por la opinión pública y por los gobiernos europeos y norteamericanos... hasta Ucrania. En ese momento todos criticaron a Rusia, y con razón, pero muy pocos criticaron a Ucrania. Ucrania es sin duda víctima de una agresión y tiene derecho a defenderse, pero la forma en que lo hace debería importar.
Esto se ha exacerbado en Gaza. Muchos creen que el derecho internacional humanitario es una construcción europea y que la comunidad internacional sólo se preocupa por él cuando las víctimas son personas occidentales blancas. Aunque en mi opinión esta acusación no está justificada, la comparación entre Ucrania y Gaza es problemática. Todo el mundo parece estar de acuerdo en que el asedio ruso a Mariupol fue completamente inaceptable, pero parece que en Gaza no se aplican las mismas reglas.
Los partidarios de Israel suelen pasar por alto sus violaciones, y lo mismo ocurre con los partidarios de Palestina. Para la opinión pública, la impresión general es que el derecho internacional humanitario no sirve para nada y que en situaciones de conflicto vale todo. En realidad, afortunadamente hay muchos casos en que el derecho internacional humanitario es respetado, pero esa es la impresión que nos dan los informes de los medios de comunicación y de la sociedad civil, que comprensiblemente se centran en las violaciones.
¿Qué debería hacerse para reforzar el marco jurídico internacional?
Aunque hay márgenes de mejora, el contenido de las normas existentes es bastante bueno. El principal problema es su insuficiente aplicación. Mientras que la Corte Penal Internacional actuó muy rápidamente en el caso de Rusia, lleva trabajando en el de Palestina desde 2015 y todavía no hemos visto ningún avance. Los mecanismos no parecen estar siendo aplicados consistentemente.
Los Estados son reacios a crear un sistema más eficaz porque les preocupa que algún día pueda ser utilizado en su contra. Para que un mecanismo de aplicación sea eficaz, necesitamos que quienes hacen la guerra lo acepten. De nada sirve tener un sistema eficaz si sólo lo aceptan unos pocos países que nunca se involucran en conflictos.
Aun así, todavía queda la esperanza de que, al contemplar los horrores y atrocidades cometidos en Gaza y Ucrania, los Estados tengan una reacción similar a la que tuvieron tras la Segunda Guerra Mundial, cuando acordaron adoptar los Convenios de Ginebra. Los horrores que estamos presenciando hoy en tiempo real y que son amplificados por los medios de comunicación podrían ser un punto de inflexión.
El derecho internacional humanitario puede y debe reforzarse también a través de la educación. Tenemos que enseñar a la juventud que incluso en la guerra hay normas que se aplican a todos por igual, siempre y en todas partes, independientemente de que tengan o no razón. Si la opinión pública aceptara y asimilara este mensaje, cabe esperar que ya no se permita que sigan ocurriendo atrocidades como las que estamos viendo hoy.
El espacio cívico en Palestina es calificado como “represivo” por el CIVICUS Monitor.
El espacio cívico en Israel es calificado como “obstruido” por el CIVICUS Monitor.
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Las opiniones expresadas en esta entrevista son de la persona entrevistada y no necesariamente representan los puntos de vista de CIVICUS.
Esta entrevista se realizó en el marco del proyecto de investigación ENSURED Horizon, financiado por la Unión Europea. Los puntos de vista y opiniones expresados en esta entrevista son exclusivamente de la persona entrevistada y no necesariamente reflejan los de la Unión Europea. Ni la Unión Europea ni la autoridad que concede la subvención pueden ser consideradas responsables de las mismas.