Colaboración, el recurso clave para detener la MGF en 5 comunidades en Nigeria

En febrero de este año, cinco comunidades en la localidad de Asa, en el estado de Osun, en el suroeste de Nigeria, aceptaron de forma pública y unánime detener la mutilación genital femenina (MGF), una práctica dañina, cruel y extremadamente discriminatoria reconocida internacionalmente como una violación a los derechos humanos de las niñas y las mujeres, pero que sigue siendo común en países de África, del Medio Oriente y Asia.  Esta fue una gran victoria en un país donde la MGF afecta al 25% de las mujeres (de entre 15-49 años de edad). También fue una victoria para nosotros en  The UnCUT Initiative, una organización enfocada en erradicar la MGF en comunidades de alto riesgo en Nigeria para el año 2030, ya que la “ceremonia de abandono” fue la culminación de un trabajo que iniciamos en octubre de 2018.

Nuestro camino no fue fácil. Desde el comienzo vimos que no solo estábamos luchando contra una práctica controvertida y arraigada, sino que también nos enfrentábamos a serias dificultades para recaudar fondos mediante los mecanismos tradicionales y casi no podíamos cubrir los principales gastos para este trabajo.

En Nigeria, las organizaciones relativamente nuevas como The UnCUT Initiative tenemos, en general, poco acceso a financiamiento y encontramos grandes barreras burocráticas que nos impiden acceder a los fondos existentes. Por ejemplo, las organizaciones más grandes y establecidas han desarrollado relaciones con los donantes y tienden a ser privilegiadas, lo que dificulta y a veces impide que las organizaciones nuevas puedan beneficiarse de las oportunidades de financiación.   

Nosotros enviamos propuestas de financiación a donantes tradicionales, a instituciones financieras e, incluso, a individuos, pero fueron rechazadas por dos razones principales. En primer lugar, el periodo de elecciones en Nigeria se aproximaba, lo que provocó que las personas fueran cautelosas con el dinero porque se percibía como un momento de inestabilidad política que desaceleraba la economía. El segundo y, quizá, mayor obstáculo fue que la MGF es vista como un tema controvertido, por lo que muchos de los donantes consultados no se sentían cómodos con apoyar nuestra iniciativa o pensaban que debían hacerlo con cautela.

Creando una estrategia de colaboración

En ese momento decidimos renovar nuestra estrategia: en lugar de solicitar dinero, exploramos alternativas de colaboración para obtener los materiales y servicios que necesitábamos. Usando este enfoque, los donantes parecían sentirse más tranquilos porque podían subcontratar a proveedores que nos apoyaran por ellos y también nos llevó a ver más allá de los donantes y mecanismos de financiación tradicionales, poniendo más atención en la movilización de recursos y socios locales.     

Primero, nos acercamos al British Council, que usualmente no financia proyectos comunitarios, sino que apoya más las iniciativas tecnológicas. Ellos se encargaron de contratar a su proveedor para producir certificados, reconocimientos y otros materiales de información, educación y comunicación que utilizamos en las actividades, además cubrieron la gestión con los medios de comunicación. ¡Esto supuso un gran alivio en nuestro presupuesto! Luego conversamos con Action Health Incorporated, una organización sin fines de lucro que busca mejorar la salud de adolescentes y jóvenes, que nos brindaron más de 700 artículos promocionales. Otro aliado de colaboración que encontramos fue Eleven22, una compañía privada de medios, que nos ofreció gratuitamente los servicios de video, diseño gráfico y edición. En este punto, la mayoría de nuestro presupuesto estaba cubierto.

Las líderes antiMGF

DSCN0077Por último, nos faltaba cubrir el coste de las actividades de incidencia en las 5 comunidades. Estas eran muy importantes porque la mayoría de las comunidades, especialmente en áreas con bajos ingresos donde se requieren cambios en las conductas sociales, requieren incentivos para motivarles a involucrarse y participar en las actividades. En esta ocasión necesitábamos dinero, pero con ayuda de las líderes antiMGF logramos ahorrar el 90% de lo que nos hubiera costado pagar a facilitadores convencionales para que llevaran a cabo las actividades del proyecto.  

La mayoría de las líderes antiMGF son matronas en centros médicos, parteras tradicionales, líderes juveniles, tradicionales y feministas, o vigilantes comunitarias que gozan de un fuerte estatus e influencia en sus comunidades respectivas. Ellas han sido activistas contra la MGF por más de seis meses y usualmente las apoyamos con viáticos para comunicación y transporte.  

Para este proyecto, las líderes antiMGF se convirtieron en portavoces y encargadas oficiales, yendo de puerta en puerta, de asentamiento en asentamiento, educando y motivando a los habitantes a detener la práctica de MGF. A ellas les confiamos la obligación de movilizar las comunidades y, por eso, les pagamos un aporte mayor por su valioso trabajo. ¡Funcionó de maravilla! Los gastos de incidencia fueron manejables dentro de nuestras posibilidades y el trabajo de las líderes antiMGF fue sorprendente: promovieron la causa día y noche, y lograron movilizar a más de 200 miembros de la comunidad para la declaración pública en febrero, en lugar de las 100 personas que esperábamos. Este proyecto no hubiera cumplido sus objetivos sin ellas.

Colaboración como sustituto del dinero

Tener acceso, al menos, a fondos iniciales es fundamental para asegurar que The UnCUT Initiative, así como movimientos y organizaciones similares puedan lograr su misión. Basados en nuestra experiencia, nos dimos cuenta de que, cuando los fondos son difíciles de encontrar, la colaboración podría ser un sustituto del dinero para dotar a nuestros proyectos de los recursos necesarios, especialmente los proyectos sensibles, de una forma más participativa y comprometida.   

Por un lado, identificar a las personas y organizaciones correctas (con la experiencia y legitimidad adecuada) que podrían ofrecer los bienes o servicios para las necesidades de nuestros proyectos, podría ser más efectivo que solicitar dinero de las formas tradicionales. Por otro lado, si promovemos bien la causa y los objetivos de nuestras organizaciones, y ayudamos a las personas a entender sus implicaciones socioeconómicas y cómo afectan personalmente a sus familia y comunidades, ellos podrían asimilar mejor la importancia de colaborar e involucrarse con nosotros en lugar de donar dinero únicamente.

Para conocer más o contactar a The Uncut Initiative, visite su página de Facebook.