23. Los periodistas luchan contra la creciente ola de represión mediática en Egipto

Por Khaled El-balshy

Después de estar entre rejas durante cinco años por fotografiar lo que resultó ser una masacre perpetrada por las fuerzas de seguridad egipcias, mi colega y amigo fotoperiodista Mahmoud Abu Zeid, conocido como "Shawkan", podría finalmente llegar a conocer su destino.

 Se espera que un tribunal en Egipto dicte sentencia sobre su caso el 28 de julio. Si es declarado culpable, se enfrenta a la pena de muerte.

Conocí a Shakwan, ganador del Premio Mundial UNESCO/Guillermo Cano de Libertad de Prensa 2018, después de su arresto en El Cairo mientras cubría una sentada en la Plaza Rabaa al-Adawiya, que se convirtió en una masacre en la que murieron cientos de personas. Comencé a trabajar en su caso, buscando pruebas y llevándolas al gobierno y cuerpos judiciales, solicitando su liberación. Lo visité durante su juicio y conocí a su familia.

KhaledLa acusación de Shawkan representa el precio que un periodista puede llegar a pagar por hacer su trabajo en un país dictatorial: representa el miedo a los regímenes tiránicos.

Cuando me convertí en periodista en Egipto, hace casi un cuarto de siglo, un bolígrafo podía ayudar a abrir un espacio para que la sociedad civil se involucrara. En ese entonces, para un joven licenciado, el periodismo era una carrera de ensueño.

Nunca imaginé que la libertad de prensa se fuera a deteriorar en el país hasta el nivel al que ha llegado actualmente. Siete años después de la revolución que derrocó al dictador Hosni Mubarak, que gobernó durante casi tres décadas, Egipto ocupa las últimas posiciones de una lista de peores países del mundo para la libertad de prensa, según el vigilante de medios de información Reporteros sin Fronteras (RSF). Este hecho forma parte de una represión más amplia contra periodistas de todo el mundo, pues, según reveló un estudio de Article 19 del año pasado, la libertad de prensa alcanzó su peor nivel este siglo.

El mismo estudio también destacó a Egipto como uno de los países con mayor deterioro de la libertad de expresión, junto a Venezuela, Burundi, Polonia, Brasil y Bangladesh. Este año, hemos visto a periodistas asesinados en Afganistán y, más recientemente, el tiroteo al periódico Capital Gazette en Estados Unidos, mientras en Myanmar los reporteros continúan languideciendo en prisión.

En 2017, dictaron contra mí una condena suspendida de un año, junto con el anterior jefe y miembro de la junta del Sindicato de Periodistas Egipcios, por "albergar a fugitivos": a los colegas Amr Badr y Mahmoud el-Saka. Esto fue durante una redada policial de 2016 en la sede sindical de El Cairo, donde los periodistas buscaron refugio después de que el gobierno los acusara de informar sobre dos islas del Mar Rojo que Egipto había entregado a Arabia Saudita. Un tema controvertido.

El ataque contra mí me convenció aún más a continuar la lucha contra la represión. Hoy en día, es fácil pensar en dejar Egipto y trabajar desde el extranjero, pero veo que todavía hay espacio aquí adentro para trabajar y estoy tratando de usar ese espacio para abrir una nueva ventana. Sin embargo, vivo en una constante preocupación, principalmente porque mi familia pague el precio por mi trabajo. Mis dos hijos están siempre asustados por que, en cualquier momento, pueda ser encarcelado durante mucho tiempo.

Desde que, en 2017, el gobierno cerró el sitio web de Al Bedaiah en el que trabajaba, los periodistas han necesitado una nueva salida para la libertad de expresión. Para mí, fue frustrante no poder expresarme, así que lancé la web de noticias Katib, en colaboración con la Red Árabe por la Información sobre Derechos Humanos, en junio de este año. Tras apenas nueve horas de funcionamiento, pero con 10 000 visitantes, el gobierno lo cerró. Ahora estamos trabajando con un grupo de desarrolladores egipcios para encontrar la manera de remediar este cierre.

Mientras tanto, continúan los ataques contra periodistas en Egipto. Recientemente, a principios de julio, más periodistas fueron arrestados: Slam Gomaa, un fotógrafo para el sitio web Veto, fue uno de ellos.

Durante el gobierno de Mubarak, hubo una ofensiva contra la prensa y se cerraron muchos periódicos, en algunos de los cuales había trabajado, como Al Dostor y Elbadil. Sin embargo, en cierta medida, el periodismo se podía aún utilizar como medio para defender la opresión de los ciudadanos y aún quedaban espacios para exponer los abusos policiales y la corrupción.

El movimiento que derrocó a Mubarak liberó a la prensa durante unos dos años. Sin embargo, el régimen de Abdel Fattah el-Sisi está actualmente utilizando el parlamento, el Consejo Superior de Prensa y otros órganos de gobierno para atacar a la prensa, integrar medidas que establecen leyes ambiguas para los medios de comunicación y multas a los periódicos que no les complacen, evitar que los periodistas hagan su trabajo destruyendo sus equipos y llevando a cabo arrestos, agresiones físicas, detenciones y torturas.

El régimen tiene ahora puesta su mirada en otros luchadores por la libertad: los abogados, sindicatos y partidos políticos que nos apoyan. Las instituciones de la sociedad civil están luchando para sobrevivir a las olas de represión.

Después de casi 25 años como periodista en Egipto, con 46 años, se han desvanecido mis esperanzas de que exista una prensa libre en este país. Puedo comparar mi sueño de que esto suceda con la reapertura de un espacio del tamaño de un agujero en un muro de oscuridad.

Ser periodista ya no es un sueño para un joven en Egipto. Si eres un reportero en el país, el objetivo ahora es abrir un pequeño espacio para nuestros colegas en las salidas que quedan y que tenemos, ninguna de ellas independiente.

Como dije al recibir el Premio a la Innovación Nelson Mandela- Graça Machel 2017 por activismo individual, presentado por CIVICUS, la alianza global de la sociedad civil, incluso desde detrás de las rejas, las voces de los periodistas se pueden escuchar en todo el mundo.

Seguimos luchando,

Khaled El-balshy es un galardonado periodista, editor y activista de derechos humanos egipcio, con base en El Cairo.

Este artículo forma parte de un reportaje para celebrar el 25 aniversario de CIVICUS y ofrecer perspectivas y reflexiones sobre la acción ciudadana en todo el mundo.

Si desea volver a publicar este artículo, o contribuir con una idea propia a la serie, envíe un correo electrónico a

 

CONTACTA CON NOSOTROS

CANALES DIGITALES

SUDÁFRICA
25  Owl Street, 6th Floor
Johannesburgo,
Sudáfrica,
2092
Tel: +27 (0)11 833 5959
Fax: +27 (0)11 833 7997

UN HUB: GINEBRA
11 Avenue de la Paix
Ginebra
Suiza
CH-1202
Tel: +41.79.910.34.28

UN HUB: NUEVA YORK
CIVICUS, c/o We Work
450 Lexington Ave
Nueva York
NY 10017
Estados Unidos