Los países insulares del Pacífico están sufriendo los efectos devastadores del cambio climático. Pero, como subraya Betty Barkha, del equipo de acción juvenil de CIVICUS, estos países son increíblemente resistentes
“El mar se está acercando a casa, ya no tenemos que caminar hacia la laguna". Las inquietantes palabras de un niño de cuatro años jugando con sus amigos cerca de la aldea de Bonriki, en la isla principal de Tarawa en Kiribati, todavía me ocasionan escalofríos. Poco sabía él que el océano, que le da tanta felicidad a él y a sus amigos, le iba a reclamar su propio hogar.
Esta no es una historia rara o extraña, sino una realidad para muchas aldeas costeras en el Pacífico Sur. Cada país se está viendo afectado por el cambio climático. Para algunos, seguirá siendo un desafío para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible. Para otros países, especialmente los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Pacífico (PSIDS), el cambio climático se ha convertido en una cuestión de supervivencia para la población
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Pacífico son una coalición integrada por 14 Estados insulares del Pacífico, que permite a las delegaciones de los países consolidar y defender las prioridades del Pacífico en las Naciones Unidas. Juntos comprenden un área de aproximadamente medio millón de kilómetros cuadrados diseminados en el océano más grande del mundo, con una porción significativa de esa tierra compuesta por atolones bajos que no alcanzan más de unos pocos metros sobre el nivel del mar actual.
La combinación de características físicas, lejanía e infraestructura deficiente hacen que el PSIDS sea intrínsecamente una zona vulnerable, y el cambio climático tiene un profundo impacto en su desarrollo y seguridad. El aumento del nivel del mar, los cambios en los patrones climáticos, la erosión del suelo, la pérdida de los arrecifes de coral, la migración, la seguridad alimentaria y muchos otros desafíos se encuentran entre los efectos del cambio climático. La creciente intensidad y frecuencia de los desastres naturales se han relacionado directamente con el cambio climático y se han reconocido como una amenaza para la paz y la seguridad mundiales.
La migración masiva es inevitable. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que los desplazamientos inducidos por el cambio climático representarán entre 25 millones y mil millones de personas para el 2050. Pero sin lugar adónde ir, especialmente en la situación geopolítica actual, se ha convertido en un gran desafío para los ciudadanos y ciudadanas de estas naciones. En la última década, se han realizado diversos esfuerzos para que los líderes y activistas del Pacífico promuevan concientización sobre la crisis.
Distintos actores están hoy trabajando en la adaptación al cambio climático, la educación y la mitigación, y aunque seguimos confiando en la resiliencia persistente de nuestra gente, lo que se está haciendo no alcanza. Una gran parte de los recursos dedicados a la acción contra el cambio climático debe dirigirse hacia la reconstrucción y restauración después de que ocurre un desastre. Fiyi fue golpeado por el ciclón tropical Winston en 2016 y las evaluaciones posteriores al desastre mostraron daños por valor de FJD $ 2,8 mil millones (aproximadamente USD $ 1.4 millón).
Del mismo modo, en 2015, el ciclón Pam costó a Vanuatu aproximadamente USD $ 449,4 millones, casi el 64% del PIB del país. Los daños no están limitados a nuestra economía, lleva meses reconstruir. Pero las personas del Pacífico son resilientes y les he visto levantarse una y otra vez, siempre con una sonrisa. A pesar de las casas inundadas, el agua contaminada (o la falta de agua) durante semanas, las granjas dañadas, las carreteras en ruinas y las escuelas destruidas, no nos daremos por vencidos. Fiji es uno de los PSIDS más grande y más fuerte económicamente, pero todavía tiene dificultades para asegurar recursos para respaldar una rápida recuperación y reconstrucción. Pero como uno de mis grupos favoritos de activistas del Pacífico, "Los guerreros y guerreras del cambio climático en el Pacífico" de 350.org les gusta decir: "No nos estamos ahogando. Estamos peleando".
Youth Action Team in action - Day 1 @CIVICUSalliance @elisanovoa116 pic.twitter.com/y4gWE0kvyd
— Betty B (@BettyBarkha) May 9, 2018
A principios de 2018, la isla de Fiji fue golpeada por el ciclón tropical Keni y el ciclón tropical Josie. Dos ciclones en la misma semana. Esta vez, sin embargo, las cosas fueron diferentes. Por supuesto, nunca se puede estar del todo preparado para un ciclón. Pero la gente se había abastecido, se había mudado a terrenos más elevados, había sellado sus casas y se había quedado en el interior. Las secuelas fueron de todas formas devastadoras y alcanzaron nuevas alturas, pero las personas de Fiyi pudieron ir a trabajar al día siguiente. Las escuelas y las oficinas se cerraron para ayudar a que las familias y las comunidades pudieran recuperarse antes de que se reanudaran los días normales de trabajo. Como parte de su liderazgo para la COP 23, Fiji desarrollará las primeras Pautas Nacionales de Reubicación (que se finalizarán a finales de este año) para apoyar la migración masiva. Si bien la reubicación se considera un último recurso, tres aldeas de Fiji se han reubicado por completo en tierras más altas y otras 45 se han identificado para su reubicación en los próximos años.
Una mujer de Fiji, que es brillante y a quien admiro mucho, me dijo "ya no es hora de jugar el juego de la culpa, ahora hay una conciencia moral creciente que reconoce esta amenaza y debemos actuar en consecuencia". Entonces debemos hacerlo. Porque a pesar de la abrumadora evidencia, los gobiernos continúan protegiendo los intereses de las grandes corporaciones que pueden beneficiarse de la destrucción del medio ambiente. Necesitamos dejar de reaccionar ante situaciones de crisis y desastres y trabajar para prevenirlos. Ya no podemos trabajar en silos, tenemos que tomar medidas concretas. Únase al movimiento, revise las políticas de su entorno local, ¡hable con alguien que sepa más al respecto! Esta no es solo la crisis de una nación, es global y necesitamos todas las manos que nos ayuden a mantenernos con vida.
Betty Barkha es una activista de las Islas de Fiji y se ha incorporado recientemente al Equipo de Acción Juvenil de CIVICUS. Betty es también asesora FRIDA Young Feminist Fund y egresada de la sesión 2016 del Programa Women Deliver Young Leaders. Betty usa el tweet @BettyBarkha.
Este artículo es parte de una serie para celebrar el 25 ° aniversario de CIVICUS y pretende proporcionar perspectivas e ideas sobre la acción ciudadana en todo el mundo.
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