El golpe de Estado en Myanmar me impulsó a actuar

 Supyae Yadanar 1Supyae Yadanar, Dublin, Irlanda

Supyae Yadanar nació y creció en Yangon y actualmente estudia medicina en el Trinity College de Dublín (Irlanda). Es codirectora de la organización Movimiento Global para la Democracia en Myanmar (GM4DM), una coalición internacional de organizaciones de base comunitaria y de personas que trabajan para apoyar la democracia en Myanmar.  


Esta es su historia:

"Myanmar es y será siempre mi hogar, crecí en las calles de Yangon, mi corazón pertenece y pertenecerá siempre a Myanmar.

Ver a mis compatriotas, a esta familia que uno elige -pues el amor que compartimos por nuestro país y nuestros espíritus revolucionarios hacen que nuestros vínculos sean tan fuertes como los de un lazo de sangre- verlos recibir disparos y ser maltratados a manos de los militares de Myanmar, evoca en mí un gran sentimiento de furia y de determinación. A pesar de que no esté en el país para luchar en el terreno con mis compañeros manifestantes, está en mi poder y en mi mano continuar la resistencia a kilómetros de distancia.

Desde el 1 de febrero, empecé a plasmar mis sentimientos sobre el golpe en prosa y en poesía, que fue ampliamente leída y compartida por la diáspora birmana y también por los birmanos que residen en Myanmar. También leí mi poesía en manifestaciones virtuales de resistencia, ya que mi prosa habla de temas relacionados con la resistencia y con la revolución, que es lo que más resuena en la gente, la firme voluntad de que debemos vencer.

En cuanto se conoció la noticia del golpe, al ser la única estudiante birmana en el Trinity College de Dublín, elaboré rápidamente un plan de defensa dentro del Trinity College y de Irlanda, con un grupo de estudiantes universitarios, escribiendo a nuestros diputados, al ministro de Asuntos Exteriores y apelando al público en general, con peticiones para conseguir apoyo para que Irlanda adoptase una postura más firme contra los militares de Myanmar. 

Supyae Yadanar Protest

En Irlanda, he escrito un artículo sobre Myanmar que ha cobrado fuerza, he participado en podcasts, he dado charlas y he intervenido en mesas redondas sobre Myanmar, organizadas por la sociedad filosófica de la universidad, la mayor sociedad estudiantil del mundo y la más antigua, en un esfuerzo por dar a conocer la situación al mayor número posible de personas,  que por mucho que los militares intenten silenciar al pueblo de Myanmar cortando su conexión a Internet, nuestras voces seguirán sonando con fuerza y serán amplificadas por la diáspora en el extranjero. 

También asistí a una protesta física en Irlanda, así como a una protesta virtual global el 27 de marzo, el Día de la Revolución, para protestar en contra de los militares, para demostrar que la resistencia trasciende océanos y fronteras.

A pesar de mi enorme interés por el activismo y las cuestiones sociales, tengo que admitir que no he sido una gran activista hasta el golpe de Estado en Myanmar. Sin embargo, el golpe de Estado en Myanmar me impulsó a actuar, ya que sé que tengo una responsabilidad para con mi pueblo y con mi país de defenderlos a pesar de estar en el extranjero.

Además, mi pasión por la lucha de los derechos de las mujeres y los derechos LGBTQI+ se hizo más fuerte con la Revolución del Htamein (Sarong) en Myanmar, en el Día Internacional de la Mujer, cuando la gente mostró banderas de sarongs para rebelarse contra el patriarcado, y estoy segura de que cuando la revolución caiga, tanto el resto de los activistas como yo continuaremos con nuestros actos de protesta hasta que la sociedad en su conjunto sea justa e inclusiva, y no deje a nadie atrás.  

Animo a la gente a que siga leyendo sobre Myanmar y, si se tiene la capacidad económica, a que se hagan donaciones para recaudar fondos que proporcionen ayuda médica a la población de Myanmar o para apoyar al Movimiento de Desobediencia Civil. En el fondo, es nuestro deber hablar por la gente que no puede hacerlo, nos debemos a nosotros mismos y a ellos el usar la libertad que tenemos, la libertad de hablar sin tener miedo a las repercusiones”.


Pie de foto: Supyae Yadanar; Supyae protestando ante la Oficina General de Correos, Dublín. (Derechos de autor: Supyae Yadanar.)